12: Cartas de Leonnard y Lévinas 20/11/10

Carta de Lévinas a Áldemir

A Áldemir:

Logré interceptar la carta destinada a mi.. Luthien puso el grito en el cielo y rápidamente obligó a su hijo a irse. Leonnard se ofreció a acompañarlo para que Luthien pudiera quedarse hablando con Cirdaheril. Sinceramente no sé que pasó después. Leonnard al volver no parecía disgustado. Es más, parecía plácido y reconfortado. Hasta nos invitó a algunos puros. Le conozco bien y algo no ha salido como esperábamos. Se ausenta más que de costumbre. Como subordinado suyo me tiene atareado en verdaderas estupideces...Parece que le estorbe. Al menos estamos los sirvientes y yo más tranquilos. Te debemos una.

LÉVINAS

PD: Estoy preocupados por Cirdán. Debería de llegar dentro de varios días. Si no es así háznoslo saber. Mi señor suele ser rencoroso y Cirdán ha sido muy impertinente con él. No sé que podría llegar a hacer.

Carta de Leonnard II a Áldemir.

A mi amado y vulnerable Aldemir:

Sé que aún eres joven e ingenuo. Sólo así se explica que enviaras una carta destinada a Cirdán a mi reino. ¿Quién crees que decide aquí sobre el destino de las cartas? Exacto, yo. Te mentiría si dijera que no me has resultado apetitoso, digno de ser bien penetrado. Mi querido uke, no hace falta que te esfuerces tanto para llamar mi atención. Yo te daré con tanto cariño que olvidarás todas tus penas.

Tienes razón, Cirdán es testarudo como él solo. Para él rechazarme se ha convertido en algo más rutinario que el respirar...y dudo mucho que me permita hacer cualquier cosa. Pero te equivocas si piensas que estoy esperando a que venga a mí de forma voluntaria. Con cada rechazo, con cada descaro por su parte, crece mi excitación. Excitación, por otro lado, que saciaré con intereses.

Hoy mismo se supone que Cirdán ha partido, fruto de una grave noticia. Su madre prácticamente le ha obligado a marchar. Lástima que Cirdán sea tan aficionado a sus vicios. En el tabaco y el alcohol es fácil meter algunas sustancias...

Le he comentado a Luthien lo mal que me ha sentado que Cirdán tenga tan terrible concepción de mí y que de vez en cuando, sin motivo aparente, se invente barbaries sobre mis actos. Dudo mucho que Cirdán sea el culpable de inculparme de perversiones que yo nunca cometería. Luthien y yo tenemos claro que eres TÚ quien influye en Cirdán para inculparme de fantasías. Obviamente, Luthien lo cree realmente así, está cegada por mi, como de costumbre. No me preocupa lo que Cirdán pueda confesarle.

No sé cuando llegará Cirdán. Solo decirte que aún no me he saciado. Algunos juegos de bondage, algunas caricias no consentidas...Me encanta catar a tu mascota. Su sudor, tras una larga pero fructuosa excitación, es casi adictiva.

Tienes razón “llegarle hasta el fondo (...) hace que grite de una forma tan excitante que se te pone la piel de gallina”

Me encantan tus retos, mi querido y dulce, dulce Aldemir.

Tranquilo, le haré saber de tu carta. Prometo recirtarla a su oído mientras le penetro despacio pero con vigor, el día antes de mi boda (3-12-10). Cuento los días con entusiasmo.

No me olvides:

LEONNNARD II

PD: A Cirdán no parece gustarle mis juguetes. Por ahora solo

he jugado con ellos aunque he de advertir que masturbar

a tu uke es sin duda lo mejor de todo.

Si vienes aquí prometo mantenerte bien caliente en mis aposentos.

Has logrado despertar mi interés.